Intensos días de señales infinitas,
largos caminos que dan vueltas inéditas...
Extrañas luces que llegan susurrando verdades.
En las penumbras, mientras tanto, llueven gotas de aguas profundas...
Nacimos,
de este color,
recordando,
aromas del mar ahí debajo,
y entre los peces,
nuestros hermanos encontramos...
Evitando la risa y evitando el llanto,
dejándonos llevar por la vida,
increíblemente el viento nos regala una caracola...
Y oímos, el eco de ese mundo,
que nos llama en este preciso instante,
que nos pide ayuda,
que nos vuelve a llenar...
Somos, y fuimos, la misma cosa,
en otra parte,
y en otra tierra no tan tierra habitaba nuestro ser,
que cansado se ha venido aún a rescatar lo que todavía puede ser salvado.
Y quisimos estar acá,
para esto mismo hemos venido,
cuánto más caminamos, más nos damos cuenta de este sentir en colores...
No parar me dicen,
no rendirse,
no bajar ni los brazos, ni las aletas de pez,
ni las alas de ave, ni dejar de volar,
ni abandonar el camino...
No mentirse a sí mismo,
no dejarse ganar por el miedo que acecha todo el tiempo...
No sé cómo sigue, esta espera de cosas,
esta unión de las fuerzas que han venido a salvar...
no sé como sigue...
y vivir me lo dice...
no sé cómo sigue pero sigue...