" Después de caminar, algo así como unas dos cuadras y media, recordé el pequeño momento, en el que, cerca de las escaleras, sentí el olor de la orina de aquél animal, un gato macho, que según supe dos cuadras y media después de las escaleras, o sea, ahora, en el momento en que estoy contando esto, era pues una gata hermbra, y no un gato macho como yo creía. La orina del animal pequeño - también rubio según las descripciones dadas por otra persona- era, en demasía, muy sutil. Estaba el olor impregnado en el cuello de mi campera negra. Y hace un momento, yo, intentando recordar lo que había sucedido, sentada en un sillón barato, de terciopelo rojo oscuro, más bien bordó, recordé. En todas las imágenes que pasaron por mi cabeza llegó ese impulso, el de escribir lo que ahora escribo.
Después de pensar en este último instante en no mentirles, divisé dos aparentes buenas opciones: la primera fue la de borrar todo esto que había escrito, y comenzar, comenzar como se comienza, desde el comienzo, de cero.... Seguí pensando cosas y cosas, y me decidí- como me decido ahora- a no escribir esa segunda y posible opción para no mentirles, pues quizá ésta sea utilizada por mí ahora mismo. Pero bien, ya me he cansado, de tanta vuelta, de andar y andar, volar la luna y volar el mar. Es que si voy a decir una verdad, espero decirla en este instante, en el momento justo en el que un ser conocido, pide verme, a mí, justo yo que no quiero distraerme, porque tengo hoy muchas verdades que decir. Y en verdad, las verdades no son más que una y única verdad, sola, y hermosa, recluída en un rincón olvidado de nuestro cerebro.
Es que ese primario color te llama, que trae de nuevo el olor de algo, que viene a nacer en esta parte como organismo vivo, que nos envuelve y revuelve, que nos trae poderes, que son más visibles las anteriores cosas invisibles, que despierto en las noches y los veo con más claridad. Es que el color, que antes parecía ser uno, es ese que era, no el que parecía, sino el primario, ese, el azul. Color de mares espejados, de luces de luna espectral.
Después de caminar, de nuevo, una vez más, en lucha interna y externa, me decido a dar un paso más allá de mi nariz, y entender que hay otros, que están a la espera de una mano de luz que nos saque la negra ventana, que no podrá nunca ser otra cosa esto que es"...
L.K.F